qué pereza llegar al hastío de la tolerancia; lo peor es cuando la tolerancia deja de serlo para convertirse en resentimiento y así desencadenar un distanciamiento abismal...
qué pereza tener sentimientos que no, sentimientos que en su momento no fueron demostrados; peor aún saber que están ahí y en un grito desesperado intentar exhibirlos todos ellos...
qué pereza tener que recurrir a la tinta de otros para embelezarte y hacer que me voltées a ver; peor aún, ser tan cobarde de ni siquiera reconocer el nombre propio de quién plagio el encantamiento...
qué pereza enfadarse con actitudes infantiles y caer en juegos estúpidos; peor aún creer en la posibilidad de una amistad cuando no permites seguir un camino propio...
qué patética pereza...
20090601
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